miércoles, 24 de febrero de 2010

Hostal Amor (fragmento)

por Cayo Vásquez *

Sheyla

17 años, estudia secretariado computarizado

en la academia Rayoteck. Le encanta

comprarse ropa y sueña con casarse algún día.

Eventualmente trabaja como prostituta clandestina.


Soy una chica bien linda, bien bonita, llena de sueños y muy encantadora, a donde voy soy el alma de la fiesta. Soy delgada, tengo una buena cinturita, unos pechos no muy grandes ni tampoco muy chiquitos, pero están bien puestos. Mi colita es bien redondita y pone locos a los hombres…

Vivo con mis papás y mis dos hermanitos una mujer y un varón, que todo el día me friegan, pero igual les quiero. Mi papá trabaja como vendedor en una tienda de artefactos eléctricos y mi mamá es ama de casa. Qué más puedo decir… que soy bien linda, bien confiable y bien alegre. Si una no se alaba quién pues, aunque a mí ni falta me hace… Cuando me pongo mis jeans y una blusita bien chiquita y apretadita, se me ve un cuerpazo, y nunca faltan en la calle los mañosos que me miran y de todo me dicen, en eso nomás se fijan los hombres.

Yo no soy ninguna puta, eso es otra cosa. Yo lo hago bien escondido, sin que nadie se dé cuenta y sólo con hombres que vienen de afuera; y no les digo: cobro tanto, no, ellos ya saben cómo es la cosa y al final el que me da mi plata es el chivito. También salgo con uno que otro viejo que es de aquí, pero con los que tienen mucha plata; son bien mañosos, lo bueno es que se enamoran fácil y no son bocasueltas, y les gusta hacerme regalos caros. Además sólo va a ser por un tiempo nomás, hasta que me case y me vaya de aquí.

Me gusta mucho comprarme ropa que está a la moda: jeans, blusas, vestidos, zapatos, relojes, cosméticos, joyitas, de todo. Pero lo que más me gusta comprarme es ropa íntima; lencería fina como calzones, sostenes, tangas, mini tangas, de todo me gusta. Si puedo semanal me compro y me paso horas escogiendo en las tiendas. Justo ahorita estoy paseando por la calle Próspero cerca de Belén viendo tiendas. A ver voy a entrar en esta tienda, Claudita Fashion se llama, aquí venden buena ropa íntima. Ya estoy como dos horas creo, la vendedora ya me mira medio rabiándose.

Dame éste en rosado y en azul. Y también ése en rojo... y ese sostén en celeste... esta tanga en negro... ¡y este conjuntito en violeta también que está bien bonito!

Llego a mi casa y me encierro en mi cuarto, me pongo uno por uno y me miro de cuerpo entero en mi espejo que es grande. Me miro por largo rato, veo si me crecieron más mis nalgas, si no se me están cayendo, si no tengo estrías. Miro mi cinturita de avispa cuidando que no me salgan rollos. Mis senos son bonitos, paraditos. Yo no hago nada de ejercicios, lo bueno es que no engordo fácil; cuando como mucho me da por ir al baño a vomitar por el miedo a que me engorde. No me gustan las gordas, odio a las mujeres gordas y mucho menos soportaría engordar, es feo, las gordas no deberían existir, la gordura es horrible, ¡qué asco! Cuando hago el amor con un hombre que tiene mucha panza me da cosas, tengo que fingir nomás.

Pero me sigo mirando en mi espejo y me pruebo el conjuntito que tanto me gustó, una tanguita bien chiquita con su sostén que te levanta el busto, es un violeta bien encendido pero delicadito, parece seda, medio transparente, se nota un poquito mis pezones. La tanguita encaja bien con mis caderas y mis pompis parecen como esos potos de las modelos que salen en los catálogos de ropa de Unique. Me pongo mis zapatos de taco alto y me veo más alta, mis piernas largas se ponen firmes y duras; no soy chata, estaré midiendo un metro setenta más o menos. Mi piel es linda, es uniforme y suave; no tengo manchas, mi piel es canela y bien primorosa. Mi culito es bonito, me lo toco y me lo acaricio, como no tengo celulitis mi mano corre fácil y ligera. Toco mi barriguita y es durita, me toco suave y subo despacito a mis senos, redonditos, redonditos. Mis pezones son negritos y chiquitos, cuando los acaricio se me erizan y se paran, bien graciosos son, imagino que un hombre fuerte me los besa con su boca, me los acaricia con su lengua y me los muerde delicadamente; con sus manos fuertes me agarra de la cintura y baja hasta mis nalgas, siento que abajo me estoy mojando y me mojo... estoy bien mojada... no puedo respirar bien... mi tanguita cambia de color y mis piernas están juntas bien apretaditas... mi mano... ¿dónde está mi mano?... estoy acariciando mi tanguita, la tela es linda, fina, sedosa, me estoy sobando, acaricio la tela... y me frota mi cosita... ¡Ay! qué horror, me estoy sobando en mi cosita... ¡mmmm!... qué dirían si alguien me ve... ¡qué rico!, me ahogo, no puedo respirar... ¡estoy bien mojada! ¡mmm!... ¡mmmmm!…

¡Sheyla!... ¡tu celular está que suena!, ¡le has dejado en el baño!

¡Uy!... ¡ya mami!... ¡Ufff!... ¿Aló?

Aló... Sheyla, soy Segundo, ¿qué haces?

Aquí, regresando de la Próspero de comprarme ropa... ¡Ufff!... estoy bien agitada.

Segurito de comprarte calzones... ¡prosista pues eres!

Ja, ja... ¿y?… ¿qué hay?

Oye flaca, hay un pata que hoy ha llegado de Lima, se llama Diego. Él ya ha estado con otras de las chicas y quiere una chica linda como tú para esta noche.

No sé... he quedado en salir con mis amigas de mi promoción de colegio.

Ya pues, estás con ellas un rato y de ahí nos encontramos para llevarte a su hotel.

¿En qué hotel está?, no va a ser un hotelucho, sino no me voy.

Cuándo pues te he llevado a un hotel feísimo. Mira, él está en un hotel en el centro, así que para no hacer mucha luz le he citado en un hostal que está cerca del aeropuerto, se llama El Manguaré, bien bonito es, todo alfombrado. Creo que ya lo conoces. Qué hoteles pues no conocerás… cachera… ja, ja, ja.

Vete a la mierda chiva babosa… ja, ja, ja. Oye… no va a ser en el Hostal Amor, ¿no?

Ja, ja, ja... Qué tal mentiroso ese pendejo, ¿no? Bien lindo nos engaño.

Sí pues. ¿Pero y si de verdad como dice la gente saca un libro que habla de nosotros? Ahí sí me friego.

No, no, no… No te preocupes, qué ya pues, si ese baboso sólo nos estaba mintiendo, lo único que quería era tirarte y nada nomás.

Pero nosotros le creímos que era de Lima y que tenía plata, yo toda cojuda le solté todo sobre las otras chicas, y además me tiró bien el concha su vida… era un arrecho.

Ya, ya, no va a pasar nada. Ese huevón sólo es un borrachito de mierda sin nada qué hacer con su miserable vida.

Ya. ¿Y cuánto voy a ganar ahora?

No te hagas la tonta, tú ya sabes que es 100 soles para ti sólo por dos horas de tu tiempo nada más.

¿Pero cómo es él?

Sí... es simpático y no es gordo.

Ya, sí voy. ¿A qué hora más o menos?

A las once en punto.

Me llamas un poquito antes.

Ya, yo te llamo, chao arrecha… ja, ja, ja.

Chao loca.

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* Cayo Vásquez (Iquitos, ?) es músico y escritor. Ha publicado Voces de la Ayahuasca (2000) y, recientemente, Wazuri (2008). Hostal Amor (Tierra Nueva, 2005) ha causado una gran repercusión en la tradición literaria amazónica, produciendo opiniones a favor y contra del estilo y la temática narrativa del autor. En la actualidad, se dedica a desarrollar proyectos musicales en Cali – Colombia.